Lo que la ley permite… y lo que la ética aconseja

No todo lo que es legal es necesariamente correcto. A veces, la ley nos da permiso para hacer cosas que nuestra conciencia sabe que no deberíamos.

Como abogado, me ha tocado ver ambas caras: La de quien quiere usar la ley para proteger. Y la de quien busca usarla para dañar, manipular o controlar.

Hay personas que me han preguntado: — “¿Puedo despedir a esta persona sin pagarle lo que le corresponde, si la ley me da una salida?”— “¿Puedo ponerle una cláusula que la obligue a tal cosa, aunque no sea del todo justa?”— “¿Y si simplemente lo demandamos, aunque sabemos que es una presión más que una causa real?”

Mi respuesta no siempre ha sido jurídica. Muchas veces ha sido humana.

Porque ser abogado no es solo conocer códigos.Es tener el valor de decir: “Sí, eso se puede hacer… pero no deberías hacerlo.”

Eso no se enseña en la universidad. Eso lo enseñan los años, los errores, las consecuencias.

Y lo enseña la conciencia. Esa voz que no necesita permiso de la ley para saber lo que está bien.

Hoy comparto esto no como una lección para otros, sino como una brújula que yo mismo me he tenido que ajustar muchas veces.

Mi deseo es ejercer el derecho con ética, claridad y presencia. Y recordarme a mí mismo —y a quienes me leen— que el poder no siempre hay que usarlo. A veces, basta con usar el criterio.

Gracias por leer. Si esto resonó con vos, compártelo con alguien que necesite recordarlo. Seguimos caminando.

— Daniel Fernández | Abogado y Notario Público